-Disculpe-preguntó el Principito-, ¿sabe si éste es el camino que va hasta la ciudad de Blandolín?
-Bueno... Eso depende-respondió el anciano.
-Claro que depende, pequeño.
Para el que viene, viene.
Para el que va, va.
Hay dos clases de escritores geniales: los que piensan y los que hacen pensar. -Joseph Roux-
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