martes, 25 de marzo de 2008

De cómo El Principito aprendió a ser quién es.

-Disculpe-preguntó el Principito-, ¿sabe si éste es el camino que va hasta la ciudad de Blandolín?
-Bueno... Eso depende-respondió el anciano.
-¿Depende? ¿Cómo que depende?
-Claro que depende, pequeño.

Para el que viene, viene.
Para el que va, va.

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