viernes, 6 de junio de 2008

Curiosidades (I)

Einstein, tras obtener el premio Nóbel de Física por sus trabajos sobre el efecto fotoeléctrico (este hombre no inventó sólo la teoría de la relatividad), era invitado constantemente a dar conferencias en universidades y organismos científicos. Solía viajar en coche y con chofer, y se dice que en cierta ocasión le comentó a éste lo tremendamente aburrido repetir siempre lo mismo. El chofer le contestó: "he oído su conferencia tantas veces que me la sé de memoria; si usted quiere, cualquier día puedo sustituirle y darla yo".

Einstein le tomó la palabra y accedió un día que suponía poco probable que alguien pudiera reconocerle. Todo iba de maravilla hasta que alguien le hizo una pregunta cuya respuesta el chofer no sabía contestar. Tuvo, sin embargo, la ocurrencia de responder: "Su pregunta, caballero, es tan sencilla que estoy seguro de que hasta mi chofer podría contestarla, así que dejaré que sea él mismo quien lo haga".

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