Para conseguir que la actriz Hedy Lamarr simulara una expresión orgásmica en una de las escenas de la película Éxtasis (1932), su director, el checo Gustav Machatay, le propinó un pinchazo con un alfiler en las nalgas.

Hay dos clases de escritores geniales: los que piensan y los que hacen pensar. -Joseph Roux-
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