Cada vez me siento más ciudadana del mundo, y menos cosladeña.
Este fin de semana están siendo las fiestas de ésta mi ciudad, llamada Coslada.
Y sólo bajé un día: anoche; y sólo un rato: tres horas.
Bueno, quién sabe, igual alguien se anima a bajar a la feria un rato esta tarde o mañana, aunque con el día tan desapacible que hace, lo veo difícil.
Y por lo demás, ya no piso este pueblo más que para dormir, estudiar (sólo hasta selectividad, después espero que ni eso), y hacer alguna que otra comida/cena.
Cuando no estoy en Alcalá, estoy en Rivas. Cuando no estoy en Rivas, estoy en Alcalá. Y cuando no, estoy en el tren moviéndome hacia uno de los dos sitios.
Aunque sigo teniendo a mis amigas aquí, ya no es lo que era... Vernos una vez al mes o mes y medio durante todo un año hacen mella en cualquier relación. No digo que no nos llevemos bien. Es más, es genial, segiomos teniendo confianza, sigue sin haber secretos, los cotilleos siguen propagándose como la pólvora... Pero se nota que ya no hay esa conexión que antes había.
Y por otro lado, estoy a gusto en Alcalá. Tengo grandes amigos con los que procuro salir a menudo, con los que me encuentro realmente a gusto, a los cuales tengo mucho cariño.
Y, la verdad, en Rivas también me encuentro realmente a gusto. El viaje a Italia nos unió muchísimo. Ahora que mis niños están en la orquesta "de los mayores", resulta una motivación aún mayor darles clase (me pidió la madre de Alvarito que siguiera dándole clases en verano). Jose no hace más que amenizarme (aún más) los viajes a la escuela y los ensayos, y hacerme reir muchísimo, cosa que se agradece increíblemente. Y me siento cada vez más valorada por Manuel, y más implicada en la orquesta y sus proyectos.
He mandado una solicitud, además, para hacer las pruebas de ingreso el año que viene a una orquesta que va a crear la Universidad de Alcalá de Henares (más vida fuera de Coslada). A ver si hay suerte, y nos cojen a Laury, a Jose, a Leti, y a mí.
Y... Bueno... Ya no queda nada para selectividad. Así que la semana que viene también la pasaré en Alcalá, básicamente. Me estoy planteando seriamente irme a vivir a ésta mi segunda ciudad. Me ahorraría taaaaaaaaaaanto dinero en transporte... jejeje
Y aparte de esto, y alguna que otra rayadica mental, todo empieza a fluir más fácilmente. Estoy menos irascible, tengo menos cambios de humor, y poco a poco todo se muestra más tranquilo y más sencillo para mí.
Lo digo todo con decir que este año ni siquiera he visto los fuegos de Coslada porque estaba en Rivas, recogiendo después de nuestro penúltimo concierto del año. Y sin embargo, no habría querido estar en ningún otro lugar.
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