Me voy de vacaciones.
Hoy es mi último día de curro. Ni siquiera creo que escriba niguna entrada más a lo largo de la mañana... Muy bien se tendrían que dar las cosas.
Y es que, paradójicamente, estoy de mala hostia.
Sí exacto. No de mal humor, ni de mala leche, ni mosqueada, ni siquiera cabreada.
Estoy de mala hostia.
Anoche estaba super tonta, sin saber muy bien si es que yo me estaba poniendo muy plasta con Jose, o es que él llevaba todo el día en su pompa y por eso le notaba algo despegado.
Me toca salir a las tres.
Ayer no me eché siesta, anoche dormí mal, hoy tampoco me podré echar siesta, y esta noche no voy a poder dormir (aunque sea porque me voy por ahí de fiesta, y luego a casa de Josh).
No voy a poder recuperar sueño en el finde porque mañana por la tarde me voy a casa de mi abuela, el domingo por la mañana me toca llevar al perro a su alojamiento vacacional, y el domingo por la tarde hacer maletas.
Acaba de llamar una señora dando voces con que llevaba toda la mañana llamando (nota: el teléfono se empieza a coger a las 8.15, son las 8.30, y es la segunda llamada de "toda la mañana", de las cuales se han cogido las dos); y que si aquí pasamos de todo o qué, que a ver si tiene que poner una denuncia.
Le he echado la bronca de su vida. La he dejado más suave que un guante. Me ha pedido por favor que le diera su cita, y se ha despedido con una disculpa y un "Gracias, que tenga un buen día".
Y es que yo soy muy buenecita y muy pacífica, excepto el día que me pillas de mala hostia. Y a mí, que me corrijan mis errores, o que me hagan críticas constructivas, no me importa. Pero no tolero que en un trabajo que hago considerablemente bien y en el que me esfuerzo tanto, venga nadie a llamarme incompetente.
En fín, como soy una persona optimista por definición, trataré de pensar en positivo:
Seguro que me da tiempo a descansar y recuperar sueño; bien hoy, bien en este finde, bien en el avión del lunes con destino Mayorca.
Seguro que la tarde, la noche, y la mañana del sábado son geniales. Y aunque lo que es a solas sólo vamos a poder estar unas horas, estaremos juntos mucho más tiempo... Y lo bueno que tiene Jose es que todos los momentos con él, sea solos o acompañados, son únicos, tiernos, divertidos, y te hacen como mínimo sonreir.
Los 8 ó 10 días de relax y desconexión que voy a disfrutar no me los quita nadie.
Además, seguro que la mañana mejora. Gente estúpida la hay en todas partes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario