Te deshojé, como una rosa,
para verte tu alma,
y no la vi.
Mas todo en torno
-horizontes de tierras y de mares-,
todo, hasta el infinito,
se colmó de una esencia
inmensa y viva.

Hay dos clases de escritores geniales: los que piensan y los que hacen pensar. -Joseph Roux-
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