viernes, 26 de diciembre de 2008

Mi última obra.

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Hoy ya no beso tu beso,
sólo beso los recuerdos
de aquel beso que besé.

Pero, por más que los beso,
no puedo evitar que el beso
tenga un deje de añoranza
por el beso que besé.

El día que a mi lado vuelvas
traeme el beso que besé;
pues, besando tus recuerdos,
de tu beso me olvidé.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

... entonces la pobre ardilla decidió seguir ella sola su camino, aunque no sería lo mismo sin él. Sentía que él la había traicionado, sentía que la había dejado sola otra vez en el bosque, rodeada de lobos que buscaban comida, sola ante el frío otoño... Era su compañero de viaje, su guardián, su amigo, pero en ese momento no estaba allí, tenía miedo, oía os lobos aullar, se acercaban, los sentía acercándose a sus pequeñas patitas. Corrió... De pronto vió a su amigo a menos de veinte saltos de donde se encontraba ella, se le veía triste, tenía los ojos llorosos, pero en cuanto la vió se le iluminó el rostro, una sonrisa tajó su cara de lado a lado. -Creía que te había perdido. Siento haberte dejado sola en el bosque esta tarde-. Los lobos, cuando vieron aquel animal salieron huyendo, con el rabo entre las patas... La pequeña ardilla, sin decir nada, saltó sobre el cuello de su amigo en un gesto de amistad no visto hasta entonces, ni en especies animales distintas, ni iguales. Se habían vuelto a encontrar. Volvían a estar juntos. -Te prometo que no volverá a ocurrir algo así, siento mucho lo ocurrido- Luego los dos siguieron su camino hacia donde la tierra se junta con el cielo. ¿Quién sabe qué aventuras les esperarán? Nadie lo sabe, pero siempre seguirán juntos su camino.

Si no fuese por el oso, la ardilla no se encontraría en unos brazos seguros cada noche del viaje, y probablemente no estaría segura de si realmente quería viajar; por otro lado, si no fuera por la ardillita, el oso no vería en cada paso dado la cercanía de un nuevo mundo, no vería la sonrisa de su amiga al despertar cada día, no merecería la pena encontrar un sitio así si no tuviera con quién compartirlo...

Te regalo este cuento. Espero que te guste. Te quiero, reina!