domingo, 4 de enero de 2009

Mientras dure el insomnio...

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Y ahora que me he despejado, intentaré estudiar un poco más (si el sueño me lo permite).

Estudiaré exactamente... Hasta que duermas tú.

Entonces yo también dormiré.
Soñando con tu pecho.
Con tu cuerpo descansando bajo el mío.
Con tus labios durmiendo en mi pelo.
Con tus manos abandonadas sobre mi espalda.
Con tu olor impregnando mi piel.

Soñando, en fin, contigo.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi pequeña! Vale que hemos pasado alguna etapa así, un poco más desagradable para ambos, pero mira lo que hemos conseguido en una semana: hemos podido encontrarnos tan a gusto el uno con el otro como en los primeros días, hemos conseguido sacar una sonrisa al saber que los dos somos felices compartiendo nuestra vida, hemos pasado ratos increíblemente inocentes y sencillos al mismo tiempo que divertidos y complejos, hemos sabido entendernos solamente con una mirada y sin articular palabra alguna... En definitiva, hemos sabido recuperar en unos días toda la magia que se nos ha ido cayendo en estos seis meses, y ya sabemos por dónde se escapaba al suelo. Creo que es un buen momento para coser, entre los dos, los agujeros que tiene nuestra maleta, para así evitar que de nuevo estas cositas caigan y luego tengan que ser buscadas con tanto sufrimiento y dolor...

Tengo que decirte que en estos momentos un abrazo sigue significando un abrazo, un beso sigue significando un beso, un "te quiero" sigue significando un "te quiero", una sonrisa sigue siendo una forma de saber que estás bien.

Por ello te mando un beso enorme, y un "TE QUIERO" tan grande, que mis labios apenas son capaces de pronunciarlo.