viernes, 19 de junio de 2009

El cuento de hadas.

-Cuando era pequeña, en el cole, lo pasaba muy mal. Todos se metían conmigo, mis amigas se burlaban de mí, los niños no me dejaban jugar al fútbol... Entonces caminaba despacio hasta una de las escaleras del patio, me sentaba en el escalón, y contemplaba el mundo.
Me gustaba mirar a ras del suelo cómo se movía el horizonte a causa del calor que desprendían las baldosas. También observaba a las hormigas ir y venir; o me fijaba en cómo día a día las plantas reverdecían, crecían un poco más, dejaban salir las flores, y después se marchitaban para dar sus frutos. Miraba las arañas tejer sus telas. Miraba a los demás niños jugar en el patio, y pensaba en cómo serían sus vidas más allá del colegio... Me gustaba fijarme en los pequeños detalles. Cerrar los ojos y escuchar las risas de mis compañeros, o a las profesoras gritando a alguien, o alguna abeja que acudía al polen de las flores.
También me gustaba soñar que un día vendrían a rescatarme. Soñaba que aparecería mi príncipe azul, se acercaría, me preguntaría por qué estaba sola, y acabaría sacándome de aquel desagradable mundo...

-¿Y qué ocurría después?

-Que yo también le rescataba a él.


TE AMO
.

1 comentario:

josh dijo...

Si el destino nos unió será por algo... Será porque somos demasiado parecidos, será porque nuestros pasados son tan iguales, será porque sonreimos con las mismas cosas.

No nos hemos parado a pensarlo de esta manera, pero tal vez sea porque somos la misma persona en dos cuerpos distintos. Será porque somos los protagonistas de nuestro humilde cuento de hadas.

Te amo, pequeñaja!