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Tumbada en la cama con los ojos abiertos, la oscuridad me rodea, y yo sólo pienso en ti.
Apoyada en la almohada, siento bajo mi mano el pelo sedoso del peluche. Tiene un tacto muy agradable, pero aún así prefiero el de la suave y fina piel que ocupa el hueco de tu hombro. Imagino que tú también estarás acostado, que tal vez ya te hayas dormido. Imagino que te encuentras a mi lado.
No dejo de recordar ese momento de la mañana en el que me preguntaste si quería pasar a tu lado el resto de mi vida. No dejo de recordar esa sonrisa en nuestros rostros, o esa mezcla de tu risa en la mía.
Me pasaría toda la noche haciéndote el amor. Me siento satisfecha, pero aún así no cambiaría unos momentos tan íntimos, tan personales, tan nuestros... Y que nos hacen sentir tan unidos, como si fuéramos un solo ente, una sola existencia, una sola vida.
Y tampoco cambiaría por nada el yacer dormida toda la noche sobre tu cuerpo, aspirando el suave y agradable olor que desprende tu piel y que, casi imperceptiblemente, se va mezclando con el mío...
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2 comentarios:
Y esta noche pasaré por tu casa, me colaré por tu ventana, a mirar cómo duermes con una sonrisa de ángel en la cara. Pasaré toda la noche acariciando tus labios, tu pelo, tu vientre sin atreverme a despertarte... Una vez más me iré sin oir tu voz. Una vez más me marcharé antes de que el Sol se muestre. Te quiero mucho, niña!
joooo QUÉ BONITO!!! =')
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