lunes, 27 de octubre de 2008

Cuando las historias no buscan un final...


.
Estoy en clase mirando al infinito. Oigo sin escuchar la voz grave y monótona del profesor, que habla de las partes de la célula. Echo un vistazo a los que un día fueron tus apuntes, y descubro un texto precioso; "La clase salió movida". Estoy segura de que lo escribió tu profesor, y de que no sólo vosotros le queríais a él, sino que era un amor correspondido.

Pienso en ti. Algo me dice que debería escuchar, atender, tomar apuntes... Pero cuando un torrente mezcla de pensamientos y sentimientos invade mi mente, no hay nada que hacer.

Miro mi móvil. Ha pasado ya casi media hora, y aún no me has dado el toque. Pienso que seguramente se te haya pasado, y me pongo a elucubrar un porqué.

Sólo ha pasado un día desde aquella sonrisa, pero ha habido tantos buenos momentos entre el ahora y el entonces, que me parece que lleve siglos a tu lado...


Escrito una soporífera mañana de octubre, a eso de las 9'20, en clase de citología. El texto quedó sin acabar...
.

No hay comentarios: