viernes, 12 de diciembre de 2008

Medio añito.



Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer.

Aquel viaje a Alemania, y aquel día en Heidelberg.
Y aquella semana en la que vinieron los alemanes.
Y aquellas frases... Jeje, ¡tonto!
Y aquella cena un pelín desbocada de sangría, tras la cual tuvimos nuestro momento junto a aquel taxi.

Y aquellas tardes en el Allende, mirando las nubes y riéndonos de nada.
Y aquel batido de melocotón.
Y aquel último concierto del curso con la OCA.
Y aquel verano, en el que cada día era mágico; como aquel en el retiro, o esos otros en tu piscina...

Y aquellos días en la uni, con nuestros besos viajeros, siempre a caballo entre Guada-Alcalá-Coslada; bien antes de entrar en clase, o bien decidiendo tomarnos el día libre.

Y aquel día que hicimos seis meses.
Que hoy parece increíblemente presente y cercano.
Que mañana nos diremos: "Parece que fue ayer..."
Y que algún día quedará tan lejano y a la vez tan sumamente cerca, que apenas podremos creer que habrán pasado siglos, y no un suspiro.



Ha sido como suspirar.
Como si estuviéramos en aquel banco, en la Plaza de los Santos Niños, preguntándonos si nos arriesgábamos a intentar algo...
Como si justo en ese momento se me hubiera escapado un suspiro del alma...
Y al instante siguiente ya estuvieramos aquí.

Aunque, por otra parte, es bastante lógico:

¿Qué son seis meses, sino un suspiro, comparado con la inmensidad de los océanos?

Por muchas más como ésta.
Por lo menos, tantas como sorbos de sangría.
(Y ya llevamos unas cuantas jarras desde aquella cena...)

TE AMO, NIÑO.
(Este podría ser el principio de una gran amistad...¡Y lo que surja!)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jooo... es que el tiempo pasa volando cuando estoy contigo, pero a la vez se puede sacar toda una vida de cada rato y cada momento... Creo que no tengo palabras para definir lo que siento contigo, los alfabetos se quedan cortos... Siempre para alante! Muchas felicidades! Te amo, cielete!