-Dame toques esta tarde.
-Por spuesto que sí.
3718 segundos de espera. Creedme, los conté.
¿Valió la pena esperar? Siempre. Siempre que se trate de él.
Pero aún así... No volveré a pedírselo ningún otro martes.
El tiempo sin él se me hace aún más eterno cuando le pido que no desaparezca.
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario