domingo, 18 de enero de 2009

Interminables minutos...

El tiempo pasa incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa. Incluso para mí.

.

.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi niña... ya estoy aquí otra vez para tocarte, besarte, abrazarte... Ya estoy aquí para susurrante al oído y para escuchar, así, las palabras que manan de tu boca. Una vez más me siento afortunado de compartir mi vida con una mujer tan maravillosa como eres tú. Qué decir que tú ya no sepas? Eres genial! Nunca te encontrarás sola. Te quiero, nena!